Por deuda, entendemos que es aquella obligación que contrae una persona de devolver algo que le fue prestado. En general, hablamos de dinero, y para efectos de este artículo, nos referiremos a la deuda financiera. 

La deuda financiera es útil y, en ocasiones, muy necesaria para nuestras vidas. La deuda puede ayudarnos a alcanzar nuestros objetivos más rápido. Por ejemplo, si quiero acceder a la vivienda propia y no tengo los ahorros suficientes para ellos, puede pedir un préstamo – a través de un crédito hipotecario – y comprar una casa a plazo. 

En ese caso, la deuda habrá trabajado a mi favor, dándome la oportunidad de alcanzar una meta que, de otra forma, habría sido mucho más difícil de cumplir.

El problema de adquirir deuda, y la trampa en la promesa de “compra ahora y paga después”, está en el descontrol que eso puede generar. La posibilidad de comprar y adquirir productos o servicios y pagarlos más adelante es muy tentadora, pero hay que ser realistas y controlar los impulsos antes de caer en el sobreendeudamiento.

El sobreendeudamiento se produce cuando el deudor ya no tiene capacidad de cubrir sus obligaciones financieras. Esto lo perjudica en todo nivel, ya que además de que su deuda crece (debido a los intereses por mora, y la acumulación de cuotas), produce estrés financiero, y puede dejar una mancha en su historial de comportamiento. En Chile, por ejemplo, las personas que no cumplen con sus pagos, son publicadas en DICOM (Directorio de Información Comercial), un informe que detalla el comportamiento financiero de los chilenos. 

Algunos síntomas del sobreendeudamiento son:

• Cubres deuda adquiriendo más deuda. Esto se da cuando pides créditos, avances o préstamos para saldar otras obligaciones. Esta práctica también se conoce como la bicicleta, y es un signo claro del sobreendeudamiento. 
• Usas tu tarjeta de crédito para gastos fijos o indispensables. Por ejemplo, compras la mercadería o pagas los gastos básicos con crédito, porque destinas gran parte de tus ingresos a saldar esos mismos gastos, pero del mes anterior. 
• Has dejado de cumplir con ciertos pagos que consideras “menos graves”, porque no tienes liquidez suficiente para cubrirlos.

¿Cómo logro superar el sobreendeudamiento? 

• El primer paso para lograr superar el laberinto del sobreendeudamiento es poner tus finanzas en orden. Esto requiere paciencia y ser realista. Registra todas tus deudas y rankealas de las más a la menos importante. Para esto puedes considerar las tasas de interés y montos a pagar mes a mes. 

Con ese listado a mano, puedes priorizar y comenzar a destinar más recursos a aquellas deudas que están impactando más en tu bolsillo. 

• Dile adiós al pago mínimo. Sabemos que el pago mínimo es tentador, ya  hablamos de él en el blog de la semana pasada. Lamentablemente, cuando recurres a él no estás haciendo nada por salir de las reales deudas. Solo estás evitando caer en mora, pero a la larga, estás perpetuando tus obligaciones financieras.

• Controla tus impulsos. Si ya llegaste a un punto difícil de tu situación financiera, no sigas recurriendo a deuda y ponte un alto. Ya sea para comprar o cubrir otras deudas, es imprescindible que dejes de sumar más deuda a tus actuales obligaciones. 

• Intenta aumentar tus ingresos. Es difícil, lo tenemos claro, sobre todo en estos momentos, pero si estás quedando corto/a todos los meses y te has propuesto no pedir más préstamos, debes buscar un ingreso alternativo. Analiza tu situación y encuentra una salida a este punto. 

• Reduce tus gastos variables o prescindibles. Hay lujitos que podemos reducir si es con el fin de saldar deudas. Para hacer un chequeo completo a tu situación es necesario que cuentes con un registro de tus actuales gastos. Así podrás disminuir o cortar de raíz algunos gastos que no te aportan.

Y recuerda, todos los problemas tienen solución. Puede que ahora estés en un momento difícil, y no veas salida, pero tomando las medidas necesarias, podrás resolver tu situación y gozar de la tranquilidad financiera.