Cuando pensamos en “Fintech”, se nos viene a la mente tecnología de punta, innovación y modernidad. Y lo cierto es que no estamos lejos de la verdad. Fintech es un acrónimo de las palabras Financial y Technologies. En simple y en español, hablamos de cómo la tecnología trabaja al servicio de las finanzas.
Muchas personas creen que las Fintech son un cuento nuevo. Pero no. Chile tiene una historia de más de tres décadas con este tipo de servicios tecnológicos que simplifican operaciones financieras. Sin ir más lejos, un servicio que damos por sentado: pagar con tarjeta en comercios a través de una maquinita, es una de las primeras novedades fintech, que en los 90 nos puso en el mapa de la innovación a nivel regional.
México es otra potencia con respecto a innovación financiera en Latinoamérica, pero otros países del cono sur han comenzado a explorar en esta materia recientemente. Nuestros vecinos de Argentina y Colombia han avanzado en los últimos 10 años, siendo quienes más exportan tecnología financiera, y junto a Chile, México y Brasil encabezan la lista de países que más han crecido en este mercado.
Pero ya pasados más de 30 años desde el hito que acercó el “dinero digital” a la población, a través de la masificación del uso de tarjetas de débito y crédito, ha corrido mucha agua bajo el puente en nuestro país.
Los bancos y algunas entidades que ofrecen servicios financieros se han mantenido en la cima de la pirámide en cuanto a implementación tecnológica, con altos niveles de compliance y protocolos de seguridad, pero siguen existiendo barreras de entrada hacia un acceso total y transversal.
La irrupción tecnológica de los últimos años junto con la innovación y el emprendimiento, ha permitido la creación de Startups Fintech, que han demostrado ser una alternativa competitiva a la banca tradicional, ya que abren nuevos espacios de oportunidades, y así nuevos mercados, generando mayor inclusión, a través de productos y servicios financieros como el ahorro, el micro crédito, los seguros, entre otros.
Esto hay que regularlo
Con la aparición de nuevos actores, la industria fintech necesita de una regulación que garantice estándares de seguridad, tecnología y normativas por las que regirse. Esto con el objetivo de entregar un mejor servicio a los clientes y promover la competencia. Con eso en mente, y frente a un escenario en crecimiento, en septiembre del 2021 el Ejecutivo ingresó al Congreso el proyecto de Ley Fintech, con la inclusión financiera como uno de sus principales fines.
El pasado miércoles 12 de octubre fue un día histórico para la industria, ya que un año y un mes más tarde y luego de varias indicaciones en el Senado, fue aprobada en la Cámara de Diputados, para su pronta promulgación.
La nueva Ley Fintech chilena, que se une a otras leyes promulgadas en la región, como las de Brasil y México, establece los alcances de la fiscalización de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) sobre las Startups que combinan tecnología y finanzas.
Actualmente, la CMF fiscaliza y regula entidades tradicionales, como son los bancos, las Administradoras de fondos y las Corredoras de Bolsa. Con esta ley sus atribuciones se expanden, sumando a su equipo a 17 funcionarios que trabajarán en resguardar la seguridad de este proceso que promueve la inclusión financiera.
Además, fija las reglas para comenzar a implementar el sistema de Open Finance (Finanzas abiertas), que en el contexto nacional va un paso más allá del Open Banking, y permite incluir a todos los actores del renovado mercado financiero.
Con las Finanzas Abiertas se busca que el tránsito de información y datos de clientes no se de solo entre bancos, sino que entre cualquier entidad financiera, si es que el cliente lo requiere. En este caso, entre la banca tradicional y las Fintech.
Esto da la posibilidad a los usuarios de tener un panorama completo del mercado financiero, para optar a mayor rapidez y agilidad al momento de mover o abrir nuevas cuentas, precios competitivos y más convenientes, y acceder a mejores ofertas y productos financieros.
El desafío de las startups
La democratización del acceso a productos y servicios financieros significa un desafío para las startups que la promueven, porque, además de ingresar a un mercado ya instalado, garantizando altos estándares de seguridad, niveles de compliance y avances tecnológicos, deben mantener la apertura característica de este tipo de empresas, e ir un paso más allá en temas de innovación, beneficiando a los clientes finales.
Üin gravita en el universo Fintech, porque uno de nuestros principales objetivos es promover la inclusión y mejorar la salud financiera de las personas.