La pandemia ha dejado un impacto silencioso en los bolsillos de los chilenos, y es el endeudamiento excesivo. Según un estudio del Depósito Central de Valores (DCV) y Cadem, muchas de las cifras de endeudamiento pre-pandemia están volviendo a presentarse, lo que es preocupante. Pero el verdadero problema es el porcentaje de los ingresos que las personas destinan a saldar esas deudas.
Los datos son alarmantes: un 20% de los encuestados declara usar entre el 40% y el 60% de sus ingresos para cubrir deudas, y un 15% utiliza entre un 60% y un 80% para lo mismo. Esto significa que una persona que gana un millón de pesos destina entre 600 mil y 800 mil pesos solo a pagar deudas, lo que deja muy poco margen para cubrir gastos básicos, de salud y educación.
Los expertos coinciden en que una persona no debería tener deudas que impliquen pagar más del 30% de sus ingresos al mes. A pesar de que el acceso a productos financieros se ha abierto y diversificado para el público, eso no significa que se haya masificado el correcto uso de esos productos. Es decir, estamos muy lejos de alcanzar un punto ideal de educación financiera.
Es importante que las personas comprendan la importancia de una buena salud financiera y tomen medidas para reducir su endeudamiento. Para ello, pueden empezar por controlar sus gastos y establecer un presupuesto mensual, identificar sus deudas y priorizar el pago de aquellas con intereses más altos.
La educación financiera y el ahorro son clave para reducir el endeudamiento excesivo en Chile. Necesitamos educarnos y tomar medidas para controlar nuestras finanzas y mejorar nuestra calidad de vida. Si entendemos que una persona no debería tener deudas que impliquen pagar más del 30% de sus ingresos al mes, podemos avanzar hacia un país más sano financieramente. ¡Es hora de tomar acción!